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Es una historia de vida que refleja muchas historias a la vez: la de Willie Dietrich, el empresario que se hizo a sí mismo a partir de su pasión por los fierros; la de su familia, su mujer y sus hijos; y la de una marca que supo consolidarse como sinónimo de movilidad en la Argentina.
Desde los inicios de Willie, quien fundó la empresa a los 20 años con una visión clara, una vocación de servicio y una determinación irrenunciable, hasta la consolidación de un grupo que innovó profundamente incorporando diversos productos y servicios creando el concepto de soluciones de movilidad, esta obra ofrece una mirada honesta y entrañable al detrás de escena de una empresa familiar que atravesó el contexto cambiante del país sin perder la identidad y su visión.
Contado en primera persona por su fundador y complementado con relatos de su familia, el libro entrelaza recuerdos, decisiones y aprendizajes en una narrativa que conmueve tanto como inspira.
También es una historia de los automóviles y su comercialización, y de cómo el espíritu emprendedor, que ya atraviesa dos generaciones, se mantuvo vivo gracias a la apertura a nuevas miradas dentro de la familia, lo que permitió impulsar la transformación del negocio y proyectarlo hacia el futuro.
Diseñado con sobriedad y detalle, este libro no solo recorre más de 60 años de historia, sino que también pone en valor el legado, la evolución de la empresa familiar y la apuesta constante por la innovación con raíces humanas.
Ideal para quienes creen en el poder de emprender con alma, construir con otros y dejar huella sin olvidar de dónde vienen.
Reseñas
Leer la historia de Dietrich fue una profunda lección de vida, tanto desde lo humano como desde lo empresarial. Más que un libro, es un testimonio inspirador que debería ser lectura obligada en carreras de administración y escuelas de negocios. Pero, por encima de todo, es una verdadera cátedra de valores, virtudes y principios que trascienden los números y el éxito material. Una invitación a liderar con integridad, pasión y propósito.
Herni, (todos) ya pasé por Luly y termine Coni. Hay mucho contenido que les va a encantar a todos! No dejen de leer el libro. El capítulo de Luly es maravilloso, sintéticamente y con cero estilo novelesco describe y emociona con un orden intrigante y fluido: prólogo, desarrollo y epílogo en 4 carillas cortas. Volviendo, a Willie, lo que sigue es jugado y copado; la anécdota del abrazo, el concepto de paz y su renuncia a la Cámara son de una elegancia y una humanidad suprema. Coni completa esta etapa de lectura con mucha onda y una timidez subyacentes, que itentan si éxito esconder su poderío en la familia. Se lee divino!
Tengo 31 años, cuando nací mi papá tenía un Dodge 1500 amarillo, tal cual el que tenía Hernán.
Creo que esta historia tiene muchas características que hacen que la gente y las familias de este país tan hermoso que es Argentina, se identifiquen.
Más allá de la admiración por la familia Dietrich y cada uno de sus miembros, el hilo conductor de la pasión interpela y emociona ¡leerlo fue un hermoso viaje!